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03/02/2009
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Carta abierta a Angela Merkel sobre Gaza


AUTOR:  Mohssen MASSARRAT محسن مسرت

Traducido por  Javier Fdez. Retenaga


Estimada Sra. canciller Dra. Angela Merkel:

Cuando la aviaci�n israel� arroj� las primeras bombas sobre las casas palestinas, sobre mujeres y ni�os, y sobre las instalaciones de Ham�s en Gaza, yo me encontraba en mi patria iran�. Los medios, controlados en su mayor�a por el Estado,  hac�an un�nimemente responsable del comienzo de la guerra al �r�gimen de ocupaci�n sionista�, mientras que los reportajes de la televisi�n estatal se limitaban a mostrarnos monta�as de cad�veres, v�ctimas �isl�micas� del sionismo.  Como estaba claro que, en ese contexto, era dif�cil conseguir de los medios iran�es informaciones objetivas, volv� la vista hacia la ARD y la ZDF, las televisiones p�blicas de mi patria alemana.

Observ� estupefacto que las informaciones sobre la guerra no eran ah� menos parciales. M�s a�n, me enter� de que usted, Sra. canciller, hab�a achacado a Ham�s la ��nica y exclusiva� responsabilidad de que estallara la guerra. Al principio, espantado, no di cr�dito a lo que estaba oyendo, pero la noticia pronto se convirti� en certeza en cuanto record� c�mo se hab�a comportado usted con respecto al conflicto de Oriente Pr�ximo durante todo su mandato. Que su ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, se posicionara de la misma manera no hace que su actitud sea m�s comprensible ni digna de cr�dito. Entretanto, informes bien fundados y una verificable reconstrucci�n de los hechos nos han permitido conocer que el ej�rcito de Israel, al destruir un tunel y matar a cinco palestinos, motiv� la ruptura de la tregua por parte de Ham�s, que hasta la fecha hab�a respetado cuidadosamente el alto el fuego.

Israel contin�a con la guerra que comenz� hace m�s de dos semanas. En Gaza reina el horror y la destrucci�n; hasta ahora hay ya m�s de 1000 muertos y varios miles de heridos, la mayor�a ni�os, mujeres y personas desvalidas. Los muertos y heridos aumentan por momentos. �Qu� m�s tiene que pasar para que hablemos de un genocidio?  Gaza se ha convertido en la c�rcel m�s grande del mundo y, en ocasiones, en un nuevo Guernica. Hace unos d�as, el premio Nobel de la Paz sudafricano Desmond Tutu manifest� que la guerra de Israel no estaba lejos del crimen de guerra. Richard Falk, enviado especial de la Comisi�n de Derechos Humanos de la ONU en los territorios ocupados, que sin duda no es simpatizante de Ham�s, calific� claramente la situaci�n de crimen de guerra; con toda raz�n, a mi juicio.

La poblaci�n civil trata de huir, pero �hacia d�nde? Est� rodeada por todas partes. Los soldados israel�es no se detienen ni ante las instalaciones de la ONU, como las escuelas, que son claramente reconocibles. No hay justificaci�n posible para bombardear estos pocos refugios y asesinar a la cantidad de personas que all� huyeron. Esos bombardeos, como toda esta guerra, vulneran de forma flagrante el derecho internacional. Aun cuando Ham�s utilizara a la propia poblaci�n como rehenes, tal como afirma constantemente la propaganda israel�, Israel seguir�a vulnerando el derecho internacional. Pero a Israel, como ha sucedido en los �ltimos decenios tras su fundaci�n, no le preocupa en absoluto el derecho internacional; �ste es s�lo un pretexto del gobierno israel� para imputar a sus enemigos sus propios cr�menes infames y presentarse a s� mismo como el inocente cordero y la v�ctima que no hace m�s que responder a la agresi�n del bando opuesto.

No s�lo las bombas de Israel carecen de justificaci�n, tampoco la tienen los cohetes Kassam de Ham�s contra las ciudades israel�es. No hay duda de que tambi�n el lanzamiento de esos cohetes vulnera el derecho internacional. Y a�adir�a que esta estrategia de Ham�s ha conducido, desde hace tiempo, a un callej�n sin salida, en lugar de abrir una perspectiva de paz para el pueblo palestino. Y, no obstante, Ham�s cuenta con el respaldo pol�tico de una gran parte de la poblaci�n. La carta fundacional de Ham�s, redactada hace 20 a�os, es el mayor obst�culo para que la opini�n p�blica mundial vea en esta organizaci�n una fuerza pol�tica determinante para la consecuci�n de la paz en Oriente Pr�ximo. Por desgracia, dicha carta ha quedado muy por detr�s de los acontecimientos, ya que en ella se excluye expresamente una coexistencia entre los palestinos e Israel. Pero yo le pregunto, Sra. canciller, �le han dado alguna vez Israel y sus aliados a Ham�s la oportunidad que necesita para abrirse al exterior y reformar sus metas? Sin �nimo de establecer comparaciones, le pregunto tambi�n: �cu�nto tiempo ha tardado la Rep�blica Federal en llevar a cabo una parcial desnazificaci�n?, �cu�nto tiempo ha hecho falta para que del SED pudiera surgir el actual Partido de la Izquierda, y adem�s en unas condiciones pol�ticas y econ�micas casi ideales? Tambi�n en el caso de la OLP, a pesar del anhelo de paz del pueblo palestino, su reorientaci�n pol�tica requiri� m�s de 20 a�os.

Lamentablemente, con Ham�s no se ha mostrado ni se est� mostrando la indispensable paciencia que esta organizaci�n precisa para su reorientaci�n. En absoluto, sino todo lo contrario; a Ham�s literalmente se le ha privado, y me gustar�a subrayarlo, de cualquier oportunidad de cambio. Ham�s gan� en 2006 las elecciones m�s democr�ticas que se han celebrado nunca en el mundo �rabe. En ese momento, con la responsabilidad de gobierno sobre todo el pueblo palestino, Ham�s habr�a dispuesto de una oportunidad hist�rica para adaptarse a las realidades pol�ticas externas e internas y emprender un camino que condujera al fin de la violencia y de los atentados suicidas y que marcara el inicio de un nuevo proceso de paz. �Pero c�mo reaccionaron Israel, los EE. UU. y usted misma, Sra. canciller, ante las lecciones democr�ticas y la victoria de Ham�s? �Lo recuerda a�n?

Seg�n los deseos del gobierno israel�, paralizaron de inmediato toda financiaci�n del gobierno auton�mico, ocupado por los funcionarios de la OLP. De ese modo, usted y la UE, siguiendo las directrices del atroz gobierno de Bush, azuzaron a los funcionarios de la OLP, dependientes de la financiaci�n exterior, y a la corrupta administraci�n auton�mica �con un presidente, Mahmud Abbas, de escasa legitimaci�n democr�tica� contra el gobierno de Ham�s.  Condicionaron el desbloqueo de los fondos a la exigencia de que Ham�s modificara su carta fundacional y renunciara a la violencia. Con esta exigencia, imposible de satisfacer a corto plazo, que pretend�a nada menos que Ham�s renunciara a su identidad de un d�a para otro, se cre� un pretexto para enmascarar la insidiosa pol�tica del divide et impera. El resto es conocido. Palestina qued� de hecho dividida en dos, Cisjordania y Gaza.  Al �moderado� gobierno -de facto, pero ya no legitimado- de la OLP, con Mahmud Abbas al frente, se le ha cerrado la boca con generosas subvenciones y se le maneja como a una marioneta; mientras tanto, mill�n y medio de palestinos, por el solo hecho de haber elegido a Ham�s, son castigados de forma inhumana con el bloqueo sistem�tico de la franja de Gaza, condenados a vivir en el gueto m�s grande que jam�s haya visto la humanidad.

Sra. canciller, usted es personalmente corresponsable de la pol�tica israel� de bloquear sistem�tica y completamente la franja de Gaza, de esta pol�tica inhumana que mata de hambre a la poblaci�n civil. Esta pol�tica, que traiciona todos los ideales de la democracia, no ha dejado a Ham�s m�s opci�n que radicalizarse y encontrar su �nica esperanza en la consolidaci�n de su primitivo arsenal de cohetes Kassam, que desde el punto de vista militar tienen m�s un efecto simb�lico que eficacia real. Esta pol�tica de Israel y de Occidente condujo a la guerra actual, preparada cuidadosamente por el gobierno israel� para desencadenarla a fin de a�o, cuando medio mundo se encontraba bajo el �rbol de Navidad.

El partido gobernante en Israel, el Kadima, se empe�a ahora obstinadamente en destruir todos los t�neles que permiten sobrevivir a los habitantes de Gaza �aunque tambi�n faciliten el aprovisionamiento de armas de Ham�s� antes de aceptar el alto el fuego exigido por la ONU, para luego continuar con la criminal pol�tica de bloqueo en Gaza. Tambi�n usted, Sra. canciller, persigue los mismos objetivos. Su ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, viaj� all� no para conseguir de ambas partes la aceptaci�n de la resoluci�n de la ONU. No, de ning�n modo, en absoluto. Se propon�a, de forma expl�cita, que con la ayuda alemana se cerraran los t�neles desde el lado egipcio, a fin de establecer �las condiciones para el alto el fuego� (esto es, la pol�tica israel� de bloqueo), seg�n la f�rmula y los deseos del gobierno israel�.

�Qu� pretenden conseguir en nombre de los alemanes usted, Sra. canciller, y su ministro de Exteriores con la continuaci�n del bloqueo tras el alto el fuego? �Que las madres y los ni�os palestinos no reciban alimentos, que los hospitales y todo el sistema de salud se desmorone a�n m�s? Por otra parte, el pretexto repetido una y otra vez de �impedir el aprovisionamiento de armas� es una farsa. Si Ham�s hubiera podido utilizar los t�neles para conseguir un buen aprovisionamiento de armas, con toda probabilidad se habr�a hecho de bazucas, f�ciles de transportar a trav�s de los t�neles, y habr�a podido detener la ofensiva terrestre destruyendo los tanques israel�es.

La guerra de Israel en Gaza supone, a mi juicio, una novedad en la Historia: el quinto ej�rcito m�s poderoso del mundo emprende una guerra por tierra, mar y aire contra una poblaci�n indefensa, destruye las infraestructuras para el suministro de agua y electricidad, dispara sobre hospitales, impide �a pesar de las protestas de la Cruz Roja� el acceso de las ambulancias a los barrios atacados por el ej�rcito, bombardea los convoys de la UNRWA con provisiones para auxiliar a la poblaci�n civil y no tiene reparos en pasar por encima de la resoluci�n del Consejo de Seguridad de la ONU que exige el cese inmediato de las hostilidades. Y todo esto sucede ante nuestros ojos, ante la vista de todo el mundo �civilizado�. No hay ninguna protesta por parte de su gobierno ni de los gobiernos de otros pa�ses que, en muchos otros casos �como, por ejemplo, ante las vulneraciones de los derechos humanos en China o en Ir�n� no vacilan en protestar y en pedir sanciones. M�s a�n, en el caso de Israel, los periodistas escogidos al efecto se esfuerzan en manipular la informaci�n para despertar la compresi�n del p�blico hacia los cr�menes del ej�rcito israel�, en lugar de informar con objetividad de las espantosas consecuencias de la guerra. Es alarmante que la redacci�n del programa de entrevistas de Anne Will, en la ARD, retirara una emisi�n sobre la guerra en Gaza prevista para el 11 de enero, debido con toda probabilidad a las presiones pol�ticas. Bajo mi punto de vista esto ser�a un duro golpe a la libertad de prensa y a la democracia en Alemania. Por eso, no es en absoluto casual que la opini�n p�blica alemana no haya mostrado la menor turbaci�n, a pesar de que Israel est� cometiendo un genocidio en Gaza, ante nuestros ojos.

La espantosa indiferencia que se observa en Alemania puede tambi�n deberse, Sra. canciller, a que casi todos los pol�ticos alemanes, as� como los medios de comunicaci�n, han demonizado y siguen demonizando sistem�ticamente a Ham�s y a la poblaci�n palestina que los apoya. En la televisi�n y radio alemanas no se puede o�r una sola noticia o comentario en que la menci�n a Ham�s no venga acompa�ada del calificativo �radical isl�mico�. Sin embargo, no recuerdo ninguna ocasi�n en que el gobierno de Israel o los colonos militantes hayan sido calificados en las noticias de �sionistas�. Con esa uniforme f�rmula ling��stica de �grupo palestino radical isl�mico�, claramente prescrita desde �arriba�, Ham�s aparece per se como un agresivo grupo de malhechores ideol�gicamente adoctrinados, incluso cuando sus militantes son v�ctimas de las bombas israel�es. Con esta sutil connotaci�n, hasta las v�ctimas civiles de los ataques israel�es aparecen como da�os colaterales aceptables; basta con a�adir �como sucede tambi�n por costumbre� que el ej�rcito israel� presum�a la presencia de combatientes del �radical isl�mico� Ham�s en las proximidades de las v�ctimas.

En realidad, por la experiencia hist�rica de Alemania, usted, Sra. canciller, deber�a saber que esta forma de demonizaci�n de los otros provoca ceguera y anula la empat�a de las personas desinformadas, haciendo que los cr�menes propios contra el real o supuesto enemigo aparezcan como leg�timos. Y esto es tanto m�s efectivo cuanto mayores son los prejuicios frente a las personas de la otra parte. Precisamente �ste fue el execrable m�todo que emplearon los nacionalsocialistas para inmunizar a los alemanes, que en su mayor�a ten�an prejuicios antisemitas, frente a la aniquilaci�n de la poblaci�n jud�a, organizando el Holocausto ante sus propios ojos. Est� lejos de mi intenci�n, Sra. canciller, y quiero resaltarlo, comparar la guerra de Israel en Gaza con el Holocausto jud�o. Pero dicha comparaci�n, admito que llev�ndola al extremo, deber�a poner de manifiesto que la demonizaci�n de Ham�s, en el contexto de un mundo occidental con fuertes prejuicios antiisl�micos, prepara el terreno para que Israel se permita en Gaza, y no s�lo all�, hacer todo lo que los derechos humanos y el derecho internacional proh�ben. Por desgracia, en mi patria alemana es donde la mencionada demonizaci�n de Ham�s se practica con m�s celo y, a menudo, voluntariamente. En este contexto, Sra. canciller, no puedo librarme de la sospecha de que las �lites pol�ticas alemanas, consciente o inconscientemente, pretenden saldar las cuentas de los cr�menes nacionalsocialistas, frente a los actuales descendientes de las v�ctimas jud�as, a costa de otros. Esta postura, que a mi entender es una c�moda e inaceptable forma de saldar las cuentas de la Historia, determina toda la pol�tica alemana con respecto a Oriente Medio y Pr�ximo, de forma particularmente tr�gica en lo que se refiere al pueblo palestino, cuya patria mantiene ilegalmente ocupada el Estado jud�o de Israel.

Israel lleva a cabo la guerra en Gaza, seg�n afirma su gobierno, con el prop�sito de poner fin al lanzamiento de cohetes Kassam sobre las ciudades del sur del pa�s. Al igual que en todas las anteriores guerras israel�es, el objetivo oficial de la guerra de Gaza es la seguridad de la poblaci�n israel�. Sin embargo, eso no ha hecho que la seguridad de los israel�es haya mejorado un �pice en los �ltimos decenios, sino todo lo contrario. Viven en un miedo constante ante los incalculables riesgos de los cohetes y los atentados suicidas; un miedo constante a que tambi�n los pa�ses vecinos consigan bombas at�micas; viven en un Estado que desprecia el derecho internacional como ning�n otro en el mundo y que de ninguna manera est� dispuesto a aceptar la v�a de una seguridad garantizada por la ONU, la UE o incluso los EE. UU.; en un Estado cuyo gobierno sostiene obstinadamente el absurdo de que s�lo el ej�rcito israel� est� en condiciones de garantizar la seguridad de la poblaci�n y que, por tanto, bajo ninguna circunstancia pueden confiar en ninguna otra potencia ni existe otra alternativa. Una vida bajo tales condiciones, tambi�n inhumanas e indignas, no es lo que la comunidad internacional deber�a exigir a la poblaci�n de Israel.

Sra. canciller, uno no puede dejar de tener la impresi�n de que lo que busca la �lite del Estado israel�, m�s que la seguridad de su propia poblaci�n, es un aparentemente s�lido pretexto para la consecuci�n de sus propios objetivos ideol�gicos. En ning�n momento ha abandonado esa �lite los objetivos territoriales del sionismo para la creaci�n de Erez Israel. De una observaci�n honesta y objetiva de la pol�tica de Israel hacia Palestina no se puede concluir sino que la �lite israel� ha socavado en todo momento, sistem�ticamente, la posibililidad de una paz aut�ntica con los palestinos, tanto antes como despu�s de los acuerdos de Oslo. Pese a todas sus declaraciones, difundidas �nicamente para confundir a la opini�n p�blica mundial, Israel nunca ha estado dispuesto a aceptar la existencia a su lado de un Estado palestino viable. Israel ha desaprovechado todas las ocasiones que se le han presentado de sellar la paz en la regi�n con los palestinos y los Estados �rabes. Bastar�a con la voluntad de cumplir la resoluci�n 242 de la ONU, del 22 de noviembre de 1967, y retirarse a las fronteras de 1967 para obtener de la comunidad internacional las mayores garant�as de seguridad de las que nunca haya gozado ning�n pa�s en la Historia. Pero la �lite sionista de Israel ha preferido, mediante su pol�tica de incumplimientos, sustituir una generaci�n de terroristas por otra nueva: primero los �terroristas de Fatah�, luego los �terroristas de Ham�s�. Es obvio que la �lite israel� es capaz de convivir muy bien con la constante angustia de su propia poblaci�n. Esa angustia permanente resulta imprescindible para conseguir el respaldo de la poblaci�n a una pol�tica de ocupaci�n permanente y a la paulatina fragmentaci�n e incorporaci�n del territorio en el que los palestinos anhelan tener un Estado, de manera que nunca pueda surgir tal Estado y a fin de que los palestinos, sin capacidad de combate, azuzados mediante la divisi�n a una guerra entre hermanos, queden en alg�n momento abatidos y empiecen a abandonar el sue�o de contar con un Estado propio.

Est� claro que la �lite israel� no acaba de comprender que �ste es un camino equivocado, que �a pesar de la instrumentalizaci�n del Holocausto para legitimar ante la opini�n p�blica una pol�tica que se apoya �nicamente en la ideolog�a� la continuaci�n de esta pol�tica conducir� al fracaso. Es una pol�tica que provoca odio y hostilidad a fin de suscitar as� el miedo de su propia poblaci�n �tomada casi como reh�n� ante los enemigos y, como resultado, hacerles ver la imposibilidad de una convivencia en paz con sus vecinos. Tal pol�tica no es merecedora de apoyo, as� como tampoco la sufrida poblaci�n de Israel, justamente si consideramos el Holocausto, se merece una dirigentes pol�ticos como los actuales.

Usted, Sra. canciller, y tambi�n la �lite pol�tica de Europa y de los EE. UU., todos ustedes son responsables no s�lo del sufrimiento de los palestinos, sino tambi�n del sufrimiento de la poblaci�n de Israel, que tiene que vivir en un miedo y p�nico constantes. Es hora de sustituir esta funesta pol�tica por otra con perspectivas de futuro, asentada en una aut�ntica cooperaci�n econ�mica, cultural y pol�tica entre Israel y sus vecinos.

Respetuosamente, reciba un cordial saludo.

(Prof. Dr. Mohssen Massarrat)


Fuente: Offener Brief an Angela Merkel �ber Gaza

Art�culo original publicado el 11/1/2009

Sobre el autor

Javier Fdez. Retenaga es miembro de Rebeli�n  y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad ling��stica. Esta traducci�n se puede reproducir libremente a condici�n de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, al revisor y la fuente.

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TIERRA DE CANA�N: 28/01/2009

 
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